Los movimientos de autoayuda tienen sus orígenes desde la década de 1940 cuando nacen los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA), que se unen con el propósito de ofrecer un apoyo social ante una enfermedad, el alcoholismo. Poco a poco estos grupos se han transformando y diversificado, sin embargo sus puntos medulares siguen siendo los mismos ya que básicamente buscan que los participantes construyan un lugar de encuentro en donde puedan relatar experiencias y sentimientos sobre alguna situación que tengan en común. Parece un poco irreal, pero la sola posibilidad de hablar y ser validados por el resto del grupo, ayuda al participante a aceptar sus propios sentimientos, incluso a entenderlos o bien a aceptarlos con total honestidad. Validar en este contexto significa, te entiendo, acepto lo que estas diciendo y para mi tiene sentido. Ante una respuesta empática, la persona deja de sentirse solo y encuentra en el grupo un apoyo que puede servirle para ayudarse a si mismo y también a su vez a ayudar a los demás.
Al exponer las emociones somos capaces de ejercer mayor control en ellas , ofreciendo además una guía en la resolución de problemas ya que los otros miembros del grupo representan con sus experiencias al propio sujeto en diferentes momentos del proceso que esta viviendo.
Muchos son los beneficios de esta estrategia, sin embargo se debe considerar que de ninguna manera sustituyen la terapia grupal o individual ya que no buscan ni tienen por objetivo el análisis o el cambio en la psicodinámica individual, lo que no excluye que la participación en un grupo pueda tener un efecto tal.
Sea cual sea la estrategia a través de la cual deseas invertir en ti, en crecer, en mejorar como persona, apoyado de manera individual con un terapeuta, por medio de un grupo con reglas mas estrictas como en un grupo terapéutico o bien en un grupo de autoayuda es válido. No importan tanto las circunstancias sino tu disposición, recuerda, tu mente puede!!!